Por La Cuarta / 24 de septiembre de 2000

Juan Pablo Sutherland, del Movimiento Unificado de Minorías Sexuales y autor de la novela “Los Angeles Negros”, defendió la vía del escándalo para llamar la atención de la sociedad.

Aunque niega una pelea, lo cierto es que al Movimiento Unificado de Minorías Sexuales (Mums) le molesta el protagonismo que quieren alcanzar algunos a costa del trabajo mancomunado de una década que corona lo que es el desarrollo histórico del homosexualismo criollo.


A manos de un consejo directivo integrado por Carlos Sánchez, Marcos Ruiz, Fernando Muñoz y Juan Pablo Sutherland, es este Último quien saca la voz para defender logros como la “Patria Gay”, que para darle identidad propia, fue trasladada de junio a septiembre, coincidiendo con los festejos dieciocheros “porque también somos chilenos”.


Lejos están los días en que la marcha la hacían 12 personas, aún temerosas del rechazo. Esta vez, según los cálculos del Mums, fueron mil-los que desfilaron para decir al país que existen y están ahí.

“La crítica de Jiménez es sólo una pataleta, porque él no tuvo ningún protagonismo en el Día del Orgullo; solamente quiere marcar presencia, pero esto no nació del Movilh, sino de nuestra organización, que está incorporada a distintas coordinadoras, con una identidad política y un objetivo claro, que es aceptar la diversidad con respeto”, indica.

– Pero el Movilh no es partidario de la provocación …

– ¿Y quién es el Movilh? Es él (Jiménez) y nadie más. Ese es el cuento. Quienes intentan criticar este referente es porque no tienen escenario, no representan más que a unos pocos. Nosotros, en cambio, contamos con la Corporación Chilena de Prevensión del Sida, revista Lambda, Agrupación de Mujeres Lazos y Liber H de Paine, entre otros.

– Entonces, justificas el escándalo? Porque hasta hubo golpes …

– Creo que la marcha simboliza la diversidad que hay en el mundo homosexual y cada uno puede expresarse de distinto modo. El centro de esta manifestación era sin discriminación, por lo que uno no puede estar como un personaje autoritario imponiendo reglas. Hay que construir con respeto a esa diversidad. Lo que ocurrió fue
parte de la demostración de quienes en mucho tiempo se
mantuvieron ocultos.

– Y eso quiere el Movilh?

– Sí, porque intenta blanquear, con una visión limitada y legalista, lo que es el movimiento gay. Aquí no hay conflicto, sólo personalismo. Han sido diez años de avance. Junto con darnos a conocer, logramos derogar el inciso primero del artículo 365 del Código Penal, que sancionaba la sodomía aunque fuera consentida. Ahora viene una lucha de más largo plazo, cual es debatir que las minorías tienen derechos como todos; y no me refiero sólo a todos los golpeados por la discriminación.

Foto de artículo obtenido de Archivo Digital de Biblioteca Nacional