La marcha es un espacio de manifestación política por la que son distintas las exigencias que desde distintas perspectivas se manifiestan en el lugar. Lesbianas, trans, gays, bisexuales expresan su creatividad política a través de distintas consignas que nos parece relevante dar a conocer.

Entre los gritos más recordados se encuentran aquellos alusivos a la presidenta Bachelet los que inundaban el espacio con las siguientes afirmaciones:

“Bachelet hermana, tu hija es lesbiana! o el encantador ¡Bachelet atina prueba la vagina!

En otros momentos intervenían los acordes vocales del anarkismo gay : ¡Sin dios , Ni ley , avanza el movimiento gay!, así como también un histórico y alegre ¡Lesbiana, soy lesbiana , porque me gusta y me da la gana!

Los llamados a la crítica también estuvieron presentes durante toda la marcha a cargo de los grupos de lesbianas feministas que enmarcadas en una potente batukada indicaban : ¡Nada que celebrar, hay que protestar!

Y la protesta se hacía presente entre los miles de carteles que se extendían desde los brazos de muchxs activistas, en donde la fuerza de un “Todxs tenemos ano” , impulsaba a recordar las diferencias emergidas por la dominancia cultural.

Gritos trasladados desde otros lugares de Latinoamérica también se hicieron presentes:
¡Atención atención: Basta ya de la sotana que persigue a las lesbianas!
Atención, atención Basta ya de represión que castiga al maricón.

Mientras estos gritos se enunciaban se escuchaba a lo lejos: ¡Neonazi escucha, ándate a la chucha.

Todos los espacios fueron protesta, incluso aquellos que pretenden ser vaciados de contenido, es así como en el camión de Mums se hacía uso del micrófono para denunciar la discriminación a lesbianas, gays, trans y bisexuales y se utilizaba en pro del derecho a la expresión una conocida canción de moda: Los gays, los micrófonos, lesbianas los micrófonos, trans los micrófonos, aludiendo por cierto a la imposición de gestar realidad a través de nuestros discursos.

De seguro hubo mucho más, pero esta recopilación es algo que la historia agradece para seguir avanzando en la socavación de la heterosexualidad como regímen oficial.