El Movimiento Unificado de Minorías Sexuales MUMS, rechaza el último instructivo elaborado por la Santa Sede sobre la homosexualidad y anuncia movilizaciones en defensa de esta actitud homofóbica.

La Iglesia Católica miente al intentar culpar de sus problemas de abusos sexuales a los homosexuales. Esto se basa en el hecho que muchos de los abusos sexuales cometidos por sacerdotes no corresponden a homosexuales, en Chile basta con recordar al “Cura Tato”, para que quede en claro esta afirmación.

Al mismo tiempo, intentar poner la orientación sexual como el eje del problema, como una amenaza a la fe y al celibato, es querer tapar el sol con dedo. El problema real, es la represión de la sexualidad ejercida por la Iglesia Católica y el abuso de su poder para proteger a los abusadores.

La declaración del Vaticano alude a la incompatibilidad de la homosexualidad con el sacerdocio, lo cual es irrelevante ya que independiente de la orientación sexual los sacerdotes, deben practicar el celibato, es decir, no tener relaciones sexuales, lo cual es la verdadera causa de la crisis que vive la iglesia ya que muchas voces, incluso desde adentro de la Iglesia han cuestionado esta postura.

El Vaticano intenta levantar una cortina de humo sobre los problemas que genera en su interior la defensa del celibato y la permanente represión de la sexualidad ejercida desde los tiempos de la inquisición contra sus miembros, sean estos sacerdotes o simplemente fieles. Se intenta poner a los homosexuales como la causa del problema, evadiendo sus responsabilidades.

Es públicamente conocido que durante décadas la iglesia ha protegido a los abusadores, sin ir más lejos, hoy el Obispo de La Serena, Monseñor Cox está oculto bajo la protección de sus correligionarios de púlpito luego que se comprobara que durante años utilizó su puesto para ejercer dominio sobre sus víctimas. Este es el verdadero problema, cómo los sacerdotes utilizan el peso de la Iglesia y su defensa colectiva para abusar en distintas esferas incluida la sexual.

La Iglesia es cómplice de esta situación, ya que desde hace mucho se conocen estos hechos y fueron ocultados para defender a la institución, así pasó en la Arquidiócesis de Boston, en La Serena y ahora en Brasil donde explota una nueva crisis que el Vaticano conocía desde hace mucho.

Rechazamos el intento del Vaticano de usar al mundo homosexual como “chivo expiatorio”, no es nuestra orientación sexual, ni nuestro estilo de vida lo que amenaza a la Iglesia, sino la complicidad, la impunidad, la persecución y la represión que sus jerarcas quieren imponer a toda la sociedad y en especial a sus fieles.

Por todo lo anterior, no nos callaremos y tomaremos acciones junto a todo el movimiento homosexual a nivel mundial para frenar este nuevo ataque de Homofobia.