Por Víctor Hugo Robles

La Conferencia Mundial del VIH/SIDA ha sido un hito Mundial que aún se evalúa en torno a los impactos. En este contexto es importante relevar el trabajo que muchas y muchos activistas han desarrollado, lo que ha logrado gestar el inicio de procesos que años atrás se veían insertos en escenarios improbables.

La realización de la Pre Conferencia de pueblos indígenas, originarios y afrodescendiente, se enmarca, sin lugar a dudas, en la marquesina de logros de la que se habla. El éxito de dicha conferencia se debió en gran parte al trabajo de Amaranta Gómez Regalado, activista muxe, que visitó Chile en el año 2007.

En las siguientes líneas reproducimos una entrevista a esta líder, que nos ayudará a contextualizar, la descripción que más adelante realizaremos sobre lo qué fue y la pre confrencia y sobre la importancia que tuvo la participación chilena en ella.

UN MUNDO POSIBLE
(Amaranta Gómez Regalado en Chile)


Política, activista de la salud de su comunidad, investigadora social, ex candidata a diputada, Amaranta Gómez Regalado es una muxe, una identidad de género de origen zapoteca que resulta ser uno de los pilares de la comunidad de Juchitán, una ciudad del sur mexicano, en el Estado de Oaxaca. Ser muxe, transexual, travesti u homosexual -como la han rotulado confusamente- no significa que Amaranta Gómez Regalado limite su actividad a temas referentes sólo a la diversidad sexual, pues el reconocido trabajo que ha desarrollado como activista social desde los 15 años de edad en Juchitán, su pueblo natal, incluye muchas y variadas preocupaciones. Amaranta trabaja activamente por la equidad de género, el desarrollo sustentable, la ecología, la despenalización del aborto, la búsqueda de soluciones a las dificultades que enfrentan las personas que han sido vulneradas por el Estado y por las culturas machistas y excluyentes que imperan en occidente y, actualmente, dedica sus infinitos afanes a enfrentar el VIH/SIDA en los pueblos originarios. Ese objetivo político la trajo por primera vez a Chile como invitada al VII Encuentro Chileno de Personas Viviendo con VIH/SIDA, realizado el 1º de diciembre en Santiago por VIVO POSITIVO. Una tarde de calurosa primavera, horas antes de volar rauda a Ciudad de México, dialogamos afectuosamente con Amaranta, de SIDA, pueblos originarios, política, amores, sexualidades, presentes y futuros. Aquí, nuestra conversa.

¿Qué te trae a Chile, Amaranta?
Específicamente, compartir una experiencia sobre nuestros pueblos originarios y afro descendientes. Desde hace varios años hemos venido impulsando y trabajando una agenda, a partir de reconocer que el VIH/SIDA está impactando a nuestras comunidades. Hoy el virus y la enfermedad llegaron a los cuerpos de los hombres y mujeres indígenas y eso nos hace pensar que necesitamos reaccionar ante esta emergencia. Lo hacemos por una cuestión de conciencia y pensando que no se puede cometer el mismo error de siempre, de dejar a nuestros pueblos originarios en el último lugar de cualquier contingencia y emergencia.

¿Tú trabajas en una organización civil en México?
Sí, el colectivo Binni Laanu de Juchitán. Nosotras pusimos el tema del VIH/SIDA en los pueblos originarios en México y desde ahí comenzamos a hablar con distintos países del mundo, trazando líneas estratégicas de alianzas para que pudiéramos revirar los ojos de los tomadores de decisiones. Nos dimos a la tarea de trabajar junto a organizaciones de Canadá, que también hoy en día tienen un porcentaje muy alto de personas que viven con VIH, vinculados con otras situaciones, como consumo de drogas y consumo de alcohol, que son dos elementos que contextualizan la epidemia en estas comunidades de Canadá. Nos juntamos en algún momento de la historia y nos pusimos a hablar del tema, volviendo los ojos a otros países preocupados e interesados en trabajar el tema, sumándose Nueva Zelanda, Australia y por nuestra parte, desde México, convocamos gente de Centro América. En 1999 hicimos un primer simposio en Ottawa, Canadá, y pusimos el tema en la agenda regional. Luego, en el 2000, hicimos una mesa redonda en el marco de la Conferencia del SIDA en Sudáfrica. Todos esos encuentros fueron pequeños, porque incluso a nuestras propias comunidades les costaba asumir que el VIH había llegado, y por otro lado, debíamos convencer a los grupos consolidados, como los hombres que tienen sexo con hombres, que los pueblos originarios son una problemática urgente.

¿Tan urgente que realizaron un foro de pueblos originarios en México?
Eso fue el año pasado y lo hicimos con representación de Centro América, Chile y Perú, sumado a todos los otros países mencionados anteriormente. Ahí entendimos, que la lógica eran las alianzas estratégicas que nos permitieran hablar con muchos países y hablar con los tomadores de decisiones que están en la política internacional. Chile llegó con una propuesta de Mariela Cortés, hablando de una investigación que se hizo con el grupo Rapa Nui aquí en Chile, pero que había una restricción por parte del Programa Nacional del VIH/SIDA, de asumir los resultados de esa investigación y no regresaron esos resultados a los pueblos originarios para que decidieran qué de eso iban a aplicar como políticas públicas. Por su parte, Centro América llega en bloque, muy fuerte, con un proceso consolidado de organización, apoyados por el Fondo Global y con temas muy discutidos, pero desgraciadamente el tema indígena no estaba incluido en la agenda. En México, lo que hicimos fue armar doce equipos multidisciplinarios en dos estados de la República y con todo eso nos fuimos a este primer foro.

¿Qué pasó en el foro?
Nos dimos cuenta que en ninguna parte del mundo, por lo menos en América Latina, tenemos un sistema epidemiológico que tenga incorporado en términos de números, la implicancia en los pueblos originarios. Además de una epidemiología muy tradicionalista, clasista y occidental. La propuesta nuestra fue formar un mapa epidemiológico, social y cultural. Creemos en la importancia de hacer un mapeo de historias de vidas, porque a través de historias orales se legitima mucho más la urgencia del tema. No es lo mismo ser un número, que tener tu propia historia.

¿Se trata sólo de números?
Por supuesto que no, por eso otro de los grandes retos es la multiculturalidad o etnicidad. Va más allá de ser un número, se trata de hablar de multicultalidad.

En Chile se planteo fuertemente la polémica respecto de la multiculturalidad, cuando la agrupación Kelwo de Chiloé, personas de los pueblos originarios afectados por VIH/SIDA, reclamaron porque las campañas nacionales del VIH/SIDA no incluían mensajes directos a sus comunidades…
Ahí los retos son varios e involucran a nuestras propias comunidades, porque debemos decidir qué de nuestra cultura queremos que se incluya a la hora de tomar decisiones respecto de políticas públicas y eso debemos decidirlo nosotros y nosotras.

Por los viajes que has realizado y las múltiples experiencias que has conocido, ¿qué incidencia tiene el VIH/SIDA en los pueblos originarios en América Latina?
Por lo que hemos estado diagnosticando y escuchando en cada país en los que hemos estado, existe una diferencia por regiones. Por ejemplo, en Centro América es una urgencia, porque no se trata sólo de intervenir urgentemente a favor de los pueblos indígenas respecto del VIH/SIDA, sino que se debe considerar las migraciones locales, migraciones inter país, porque es un asunto que está facilitando la epidemiología. A la par de eso, Centro América siempre ha sido invisibilizada y eso se explica por un asunto de estigma y discriminación. Por ejemplo, las gentes afro descendientes que viven en los garífonas de Honduras, de Nicaragua, que están en la costa atlántica, ellos sí quieren hablar del VIH, pero primero tienen que pelear contra el estigma del color; entonces, se plantea cómo entender cada cultura, cuáles son las agendas primarias que tienen.

¿Tú crees que el VIH/SIDA en los pueblos originarios es una emergencia en América Latina?
Sí, absolutamente, de forma particular cuando se asume que los pueblos indígenas, no tanto los afro descendientes, pero sí a los indígenas, desde fuera se les ve como “seres asexuales”. Eso es muy interesante, porque muchos se preguntan por qué los indígenas se van a infectar, sumado a la invisibilidad respecto de los derechos políticos y las autonomías territoriales y culturales.

Una “invisibilidad” relativa, porque para occidente sí resultan atractivos, los pueblos originarios son objetos más bien decorativos…
Claro, entonces investigan sus ropas, las comidas, el matrimonio, la música, toda esa parte folclórica que se vende en occidente. Por otra parte, nuestras comunidades muchas veces asumen esta postura como legítima por una cuestión de sobre vivencia. Se estudia, se investiga, pero no se indaga en el erotismo, en la sexualidad de los pueblos indígenas. No se asume que existe homo erotismo dentro de las comunidades, no se asume que existen prácticas de diversidad sexual. Se nos ve como indios analfabetos, imposibilitados, que no pueden tomar sus decisiones, entonces, el Estado asume que debe tomar las decisiones por nosotros y nosotras.

¿Tú rechazas esa corriente investigativa del Estado?
Sí, porque cuando se investiga se mira un objeto desde afuera. Yo muchas veces he convocado a las comunidades indígenas a que escribamos nuestra propia historia, eso no es negarse a dialogar con los otros, pero los otros tienen que entender que si no son de esa cultura, tienen que ser agentes acompañantes de los procesos.

¿Ese es un mensaje al sector académico?
Claro, incluso ahora existe un sector académico intelectual que está apoyando nuestra agenda, pero ellos saben su lugar, saben cuando tienen que hablar y saben cuando no tienen que hablar en nombre de los pueblos indígenas. Se trata de un gran reto para ellos y también para nosotros establecer ese diálogo intercultural, porque también necesitamos de ellos. Es un desafío, porque se están rompiendo las moralinas de la antropología y la sociología que no veía a la sexualidad como tal, como objeto de estudio. Creo que hemos hecho una buena alianza con un buen sector de la academia, de la intelectualidad que está apoyando, porque respetan y saben cuál es el papel histórico que están cumpliendo ahora.

Los pueblos indígenas están dispuestos a hablar de esos temas, por lo menos tú, Amamanta Gómez Regalado, que eres un referente y fuiste elegida candidata a diputada por México Posible…
Claro, pero no quiero pecar de ingenua, porque yo sé las herramientas que tengo, sé cuál es mi historia de vida y en ese momento se veía a una persona joven, discapacitada, indígena, de la diversidad sexual, muxe, en fin…

Eras muy atractiva política…
Ja, ja, ja, claro, pusimos el tema de la diversidad, tanto así que mucha gente se preguntaba cómo se atreve esta “jota”, esta muxe a venir a plantear estas ideas y enfrentarse con la Iglesia Católica.

Claro, de hecho, Rogelio Gómez (paradigmático que lleve tu mismo apellido), acusó al Instituto Federal Electoral de acoger tu candidatura siendo una “vergüenza” para el Estado mexicano…
¿Y sabes quien es ese Rogelio?

No
Es mi tío, es el hermano de mi papá, evangelista de la derecha mexicana. Obviando, no primó la parte indígena, más bien era un asunto político familiar, como era su sobrina.

Curiosamente el Instituto Federal Electoral (IFE) reconoce tu nombre trans de Amaranta Gómez Regalado y no Jorge Gómez Regalado, sin pasar por un cambio legal como ocurre en otros países como España que tienen Ley de Identidad de Género…
Claro y eso fue sensacional, porque se trata de un organismo ciudadano. Nosotros aludimos a una jurisprudencia que ya existía. Creo que el IFE asumió un reto para democratizar estos procesos. Por otro lado, la verdad es que el partido político que me postulaba, México Posible, y una de sus dirigentes, Patricia Mercado, me dice que teníamos que ir con todo y romper con todo, entonces, lograr poner mi nombre de Amaranta en la papeleta ya era un triunfo, incluso, la controversia representaba un avance. Por otro lado, el partido estaba posicionando el tema de legislar la propuesta de sociedades de convivencia, la despenalización del aborto, la despenalización de la marihuana…

Era un paquete completo, muchos pensaron en un México Imposible…
Así es. Incluso, amigos míos me decían que mejor me postulara por Marte u otro planeta, pero nunca de la Tierra, ja, ja, ja.

¿Qué tan agresiva se comportó la Iglesia Católica?
Mucho, muchísimo, y eso que México es un Estado Laico, pero mucha gente me decía, Amaranta, yo te apoyo, pero no toques a la iglesia. La Iglesia nos hizo mucho daño, pero hubo una franja de la Iglesia Católica de mi región, que apoyaron mi candidatura, porque ellos postulan la teología de la liberación.

No lograste llegar finalmente al Parlamento, ¿qué lograron entonces con tu postulación por México Posible?
Abrir la discusión, particularmente en lo que respecta a la convivencia entre personas del mismo sexo, que ya ahora se aplica en algunos estados. Tenemos candidatos gays, diputados gays reconocidos, peleando por los derechos de los gays. Del mismo modo, estamos dialogando con otros partidos para incluir estos temas y estamos trazando planes, porque pienso regresar a la política.

Bueno, yo creo que nunca te has retirado de la política, querida Amaranta…
Me refiero electoralmente. Felizmente ahora tengo cinco partidos que quieren postularme, así que es posible que cuando vuelva a Chile, en algunos años más, lo haga como diputada.

¿Por qué te llamas Amaranta?
Ese nombre lo saqué del primer libro de literatura universal que me regaló mi padre, “Cien Años de Soledad”, de Gabriel García Márquez y su personaje de Amaranta Buendía. Una mujer tenaz, muy sola, muy fuerte en carácter, que ama profundamente cuando quiere amar y odia muy profundamente cuando quiere odiar.

Una pasionaria…
Pasionaria, tanto así que ella termina poniendo sus manos en un comal caliente por contener el amor de un capitán. A la vuelta de la historia sufrió un accidente y perdió un brazo.

Mira tú, como una premonición, porque tú también perdiste un brazo en un accidente automovilístico…
Sí, siempre he pensado que es así, una premonición, aunque creo que lloré mucho más cuando perdí las elecciones que cuando perdí el mismo brazo, ja, ja, ja. Sinceramente, las elecciones me ayudaron como terapia ocupacional.

¿No te sentiste utilizada por el partido político?
No, si hubo utilidad, fue para los dos. El partido me usó y yo usé al partido. Estamos pagados, no existe ninguna deuda. Creo que eso fue una punta de lanza para mi activismo. Creo que una a veces tiene que ser carne de cañón en las luchas consecuentes, porque alguien tiene que asumir ese papel.

¿Cuál es tu relación con las otras muxes de la comunidad?
Somos muy amigas, tengo un equipo de muxes trabajando conmigo, porque creo que en un minuto las estafetas se tienen que transferir, se deben traspasar los liderazgos.

¿Qué es muxe?
Muxe viene de la palabra mujer, del siglo XVI, pero en el contexto Juchiteco, ser muxe es una persona que nació como hombre, pero que tiene una identidad y espíritu de mujer. Se asume como una tercera identidad, se es homosexual sí y no. Tiene prácticas homoeróticas, pero es mucho más cultural.

¿Cuándo comenzó tu proceso de asumirte muxe?
Eso ocurrió en el marco del cumpleaños de mi madre, Rosa Regalado Martínez, cuando yo tenía 11 años. Yo me vestí de muxe y cuando mi madre me vio, me miró extrañada, pero no dijo nada Mi padre estaba con sus amigos y me tomó en brazos, prácticamente me presentó en sociedad, me asumió y por ende la comunidad me tuvo que asumir, seguro dijeron una nueva muxe. Luego, por la noche, en la cena, mi padre habló conmigo y me dijo que no importaba lo que hiciera, pero lo único que me pedía es que no lo llamaran para ir a buscarme por estar borracha debajo de la mesa de una cantina. Ahí sentí un respaldo de mi padre y eso me ayudó mucho a asumir mi vida y dedicarme a lo social, a la política, al activismo.

¿Cuál es tu kilometraje?
17 años de activismo donde han ocurrido cosas fuera de serie, haciendo cosas únicas, ubicándome en la historia en un lugar privilegiado y que me gusta mucho. Sin embargo, esto mismo que te permite avanzar, te exige más, porque adquieres más compromisos. Imagínate que ahora mi reto es hacer una pre conferencia mundial de pueblos originarios y VIH/SIDA. Es un reto enorme. Después del 2008 que haremos eso, no sé, deberé pensar qué hacer, tal vez terminé una licenciatura en investigación social y tener un poco de tiempo para mí. Ojalá también pueda construir una relación de pareja, porque en este minuto es muy difícil. Me ha costado más de cinco años entender el por qué no tengo parejas, ahora creo que es porque no tengo tiempo.

Podrías tener novios en cada puerto…
Ja, ja, ja, Había pensado en eso Víctor Hugo, pero siento que tener esos amores en los puertos sólo me ayudan a reflejar mi soledad.

¿Qué te pareció el encuentro de VIVO POSITIVO en Santiago de Chile?
Por lo que vi y pude observar, en América Latina todavía existen esfuerzos muy consolidados como el de VIVO POSITIVO, reconociendo que seguramente los 10 años han sido años de encuentros y también de desencuentros de sus propios integrantes. Lo que he visto es que han podido cohesionarse muy bien y eso lo han reflejado en este Encuentro Chileno de personas Viviendo con VIH/SIDA y agradezco el hecho de haber sido invitada a exponer el tema de los pueblos originarios y el VIH/SIDA. Me gusta mucho la disponibilidad que está planteando VIVO POSITIVO como Red, como iniciativa política, a poder trabajar respecto de un tema que no se había podido abordar. Creo que es un movimiento que va moviéndose en muchos frentes: el político, los derechos Humanos, el acceso a los medicamentos, apoyando a las personas directamente afectadas y sus familias. Creo que es una Red que tiene una gran particularidad, que es dar voz a cada uno de sus miembros. Existe una horizontalidad en la toma de decisiones, se consulta y creo que eso es muy bueno y político. Incluso, la experiencia de mostrar transparentemente el proceso electoral que hubo en VIVO POSITIVO es muy importante.

¿Qué rol juega la agrupación Kelwo de Chiloé, personas viviendo con VIH de pueblos originarios?
Creo de debe de potenciarse mucho más, creo que el liderazgo de Willy Morales, que es el dirigente de Kelwo, en este momento es crucial, es propicio, porque puede ser el punto de referencia para consolidar una agenda Latinoamérica. Kelwo tiene que seguir trabajando para ayudar a VIVO POSITIVO a incorporar nuevos temas y es fundamental que los actores claves estén en la toma de decisiones. El reto es que VIVO POSITIVO y sus directivos y los tomadores de decisiones, asuman seriamente la responsabilidad de impulsar esa agenda. Si quieren realmente ser creativos y novedosos en sus agendas políticas, deben fijar políticas claras y sin simulaciones. Ahora, confío en que Kelwo recorra un camino más internacional.

En agosto de 2008 se realizará la Conferencia Mundial del SIDA en México, ¿qué importancia tiene que se haga en Latinoamérica?
En términos internacionales, es la primera vez que se hace un congreso de salud y de agentes comunitarios en Latinoamérica. Creo que México puede ser la puerta, porque podremos mostrarle a la comunidad internacional y a la propia Asociación Internacional del SIDA, a los Gobiernos, a las agencias de cooperación, a todos los actores claves, que reconocemos que la epidemia está concentrada en África, sin embargo, ahí existe una epidemia generalizada, y por lo tanto, los fondos internacionales viran mucho más allá. Sin embargo, aquí en América Latina, que tiene una epidemia concentrada, tenemos la posibilidad histórica de revertirla. En 10 años más, si logramos visibilizar ese tema, nos permitirá actuar a tiempo. Si no lo hacemos, los costos serán muy altos. México 2008 será la gran oportunidad para que América Latina se presente y muestre sus realidades, sus creatividades, sus trabajos y sus múltiples e intensas luchas.

Nota: Más información sobre la Conferencia Mundial del SIDA 2008 en www.aids2008.org