Columna de opinión por Brian Smith H.*
Es una de las consignas que se lee en la pancarta de una de las manifestaciones más importantes que debiera desarrollarse durante el año: el Día Internacional de la Mujer.Manifestación que se realiza sin importar raza, clase, condición sexual ni identidad de género, y que se vio opacada por la acción policial.
trata de un día en que las mujeres de todo el mundo se disponen a exigir a viva voz sobre todo lo que resulta necesario reclamar: justicia social y de género, equidad e igualdad de derechos entre hombres y mujeres, igualdad en oportunidades, no a la discriminación y a la violencia de género y sexual, no a la dominación patriarcal y religiosa sobre la mujer, en pos del bienestar de un pueblo y nación.
Sin embargo, este día se convierte en uno mucho más significativo, en que principalmente se escucha solo la voz de la mujer haciendo frente a los aspectos más críticos del presente social, convirtiéndose este día no solo en el día en que se conmemoran las primeras marchas realizadas en 1911, si no en el día en que la mujer sale a la calle para demandar a la sociedad lo que considera justo y perentorio resolver, en cuanto a su autonomía libertaria del ser y en cuanto a los problemas sociales que provienen de las esferas que justamente los hombres controlan.
Es un día que se convierte en bandera de lucha el significativo paso de la mujer en la historia; es un día en que se reivindican todos los derechos y equidades que una sociedad debiese defender; es el día en que la voz de la mujer cobra mayor fuerza y es escuchada desde todos los balcones y alcobas que existen en cada rincón de un pueblo.
Desde 1911, cuando en Alemania, Austria, Dinamarca y Suiza se celebra la primera marcha por el Día Internacional de la Mujer Trabajadora, la cual buscaba principalmente el derecho a voto, al trabajo, a ocupar cargos públicos, a la formación profesional y a la no discriminación laboral, se han sucedidocontinuamente durante estos dos siglos marchas por los derechos e igualdad de género en forma ininterrumpida; aunque quizás solo interrumpidas por periodos entre guerras.
Esto da para pensar cuan sordxs resulta nuestra sociedad estar, sobre todo las autoridades en cuanto a percibir y reparar las problemáticas que existen en la sociedad, y cuán cómoda resulta esta situación para el género masculino, que ha dado su brazo a torcer solo en algunas demandas reclamadas en ese primer cuarto de siglo.
Es que los controles existentes del patriarcado, amparado por los credos e imperialismos religiosos, han surtido un abanico enorme de injusticias e inequidades sociales que mantienen una brecha divisoria entre la condición de lo masculino y lo femenino como brecha que divide lo bueno de lo malo.
Desde el día 8 de marzo de 1911, se conmemora la muerte de 140 trabajadoras de la Fábrica de Camisas TriangleShirtwaise de Nueva York. Este es el día en que se institucionalizó la lucha que durante 2 años las mujeres de las primeras marchas de 1909 y 1910no pudieron resolver, y que tampoco las mujeres de hoy han podido remediar.
Han pasado 100 años y aún los poderes fácticos están controlados por el género masculino. Es que algunos podrán pensar que una lucha de 100 años no bastará para cambiar 2.000 años de historia. Pero hay que recordar que en 1 año, en 1789, la historia de la humanidad nunca volvió a ser la misma; ese año, la lucha de la clase obrera sacó raíces y dio frutos, y si seguimos luchando es por los avances sociales que se necesitan hoy y que es justo obtener: la equidad de género y de clase, social y sexual.
Este día, el Día Internacional de la Mujer, es el día en que la diversidad y la unión social debiesen ser coronadas. Lamentablemente, se trata de un solo día.
* Brian Smith H. es historiador del arte y colaborador del MUMS

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