Brasil enfrenta una segunda vuelta presidencial donde se presenta como favorito, Jair Bolsonaro, líder de la extrema derecha quien se caracteriza por sus posiciones de odio hacia las personas ltgb, mujeres, afrodescendientes, indígenas, militantes de izquierda; además de hacer apología de la dictadura Brasileña. Por otro lado, está el candidato Fernando Haddad representando al Partido de Los Trabajadores que viene de verse envuelto en graves casos de corrupción. El país está polarizado entre quienes ponen como principal valor el respeto hacia los Derechos Humanos, y entre quienes apoyan los discursos de odio de Bolsonaro aduciendo que llevarían al país por una senda de progreso y orden.En su última gira a Europa, el presidente Piñera entró al ruedo de esta disputa ideológica poniéndose del lado de quienes entienden los derechos humanos supeditados a lo económico. Piñera, señaló públicamente su apoyo poniendo lo “económico” por sobre los derechos fundamentales de millones que se ven amenazados con ideas como la de Bolsonaro. El presidente sólo reculó más tarde una vez que se dio cuenta del error comunicacional que suponían sus declaraciones.En el mismo sentido hemos sido testigos del apoyo dado a Bolsonaro por varios parlamentarios y figuras de Chile Vamos y la derecha. Entre ellos, José Antonio Kast, Mario Desbordes, Jacqueline Van Rysselberghe, José Manuel Ossandón, Eduardo Durán, Francisca Muñoz y Camila Flores, entre otros. Esta situación viene a sumarse al recrudecimiento de la represión hacia el pueblo organizado, y un retroceso en las políticas relacionadas con medio ambiente, diversidad sexual, violaciones a los derechos humanos en dictadura, derechos laborales, etc.La irrupción de los discursos de odio propagados por Bolsonaro y un amplio sector de la derecha chilena deben ser repudiados y no ocultados detrás de un pretendido “éxito económico” que traería su triunfo. Esto, porque dañan y ponen peligro a la sociedad entera, pero por sobre todo a poblaciones que ya sufren las consecuencias de no ser sujetos convenientes para esta sociedad de mercado. En este grupo nos encontramos trans, lesbianas y gays. La extrema derecha busca poner nuestra diferencia sexual y de género como la presunta razón de una degradación de nuestra sociedad. Poniéndonos así como blanco de la violencia entre quienes producto del descontento y la falta de oportunidades, asumen estas posiciones odiosas. Exigimos al gobierno a asumir un compromiso real y honesto con los Derechos Humanos, declarándose en contra de la candidatura de Bolsonaro y su discurso de homo-lesbo-transfobia, misoginia, racismo, negacionismo y exaltación de las violaciones a los derechos humanos de la dictadura.Llamamos a todas las organizaciones políticas y sociales a exigir un pronunciamiento claro y fuerte por parte del gobierno en estas materias y a estar alerta ante las posturas que tendrá Piñera y su conglomerado en las cuestiones LGBT en Chile. Por último, solidarizamos con las organizaciones y personas afectadas en Brasil.Movimiento Por la Diversidad Sexual MUMS